(La femme d'Hector) G. Brassens, Vers. español x H. Cervan
En nuestra propia Babel, cuál es esa mujer
Que, entre las de los amigos, más se hace querer?
Bella hermanita buena, que siempre nos sabe comprender,
En la malaria, protectora, quién es el hada bienhechora?
No es la mujer de Beltrán, la mujer de German, ni la mujer
de Emilio,
No es la mujer de Martín, la mujer de Fermín ni la de Benjamín,
No es la mujer de José, la mujer de René ni la mujer de Atilio,
Menos señor, la mujer de Melchor;
Es la mujer de Hector.
Como para alimentarnos nos hacen bailar
Y las medias con agujeros solemos llenar,
Quién nos remienda el colador con hilos de cualquier color?
Quién nos convierte a los pobretes en arcoíris los zoquetes?
Y si nos cazan con algo que no hay que tocar
Y al calabozo nos vamos a reflexionar
Quién es la que asume el papel, con la virtud del ser más fiel,
Y nos espera allí en la puerta, y no se va hasta que nos sueltan?
Y si a alguno de
entre nosotros le toca palmar
Y con los pies adelante lo están por sacar,
Quién ajetrea la ciudad, quién regatea hasta lograr
Unos entierros excelentes, casi como de un Presidente?
Y al llegar la primavera, y el tiempo de amar,
Cuando de amores frustrados nos oyen aullar,
Quién es la que se apiada más, quién la que nos viene a abrazar?
La que nos brinda su cariño y la ternura de sus mimos?
No malgastemos las prendas de nuestra ilusión
No malogremos las perlas de la inspiración
No les cantemos a las que son tan mezquinas, ni un cuplé,
Ni a las ortivas, las fruncidas, las cursis ni las presumidas.
Ni a la mujer de Beltran, la mujer de German, ni a la mujer
de Emilio,
Ni a la mujer de Martín, la mujer de Fermín ni la de Benjamín,
Ni a la mujer de René, la mujer de José ni a la mujer Atilio...
Menos señor, a la mujer de Melchor,
Y sí a la mujer de Hector.
Bella hermanita buena, que siempre nos sabe comprender,
En la malaria, protectora, quién es el hada bienhechora?
No es la mujer de Martín, la mujer de Fermín ni la de Benjamín,
No es la mujer de José, la mujer de René ni la mujer de Atilio,
Menos señor, la mujer de Melchor;
Es la mujer de Hector.
Y las medias con agujeros solemos llenar,
Quién nos remienda el colador con hilos de cualquier color?
Quién nos convierte a los pobretes en arcoíris los zoquetes?
Y al calabozo nos vamos a reflexionar
Quién es la que asume el papel, con la virtud del ser más fiel,
Y nos espera allí en la puerta, y no se va hasta que nos sueltan?
Y con los pies adelante lo están por sacar,
Quién ajetrea la ciudad, quién regatea hasta lograr
Unos entierros excelentes, casi como de un Presidente?
Cuando de amores frustrados nos oyen aullar,
Quién es la que se apiada más, quién la que nos viene a abrazar?
La que nos brinda su cariño y la ternura de sus mimos?
No malogremos las perlas de la inspiración
No les cantemos a las que son tan mezquinas, ni un cuplé,
Ni a las ortivas, las fruncidas, las cursis ni las presumidas.
Ni a la mujer de Martín, la mujer de Fermín ni la de Benjamín,
Ni a la mujer de René, la mujer de José ni a la mujer Atilio...
Menos señor, a la mujer de Melchor,
Y sí a la mujer de Hector.