Chanson pour l'auvergnat
Es para ti esta canción
Tu, el auvernés, que sin razón
Me diste un leño que quemar
Cuando me iba ya a
congelar
Tu, que a la lumbre de tu hogar
Me abriste cuando los demás
Toda gente de buen cariz
Cerró su puerta en mi nariz
No fue mas que un tibio calor
Pero a mi cuerpo hizo templar
Y aun en mi alma brilla más
Que brilla un fuego de ilusión
Cuando te mueras, ya verás
Que el cochero te llevará
Cruzando el cielo, y al Padre eterno
Te conducirá
Es para ti esta canción
Tu, la dueña, que sin razón
Cuando pasé necesidad
Me diste ese poco de pan
Tu, que sacaste del morral
Cuando los probos del lugar
Gente de tanta caridad
Reían viéndome ayunar
No fue más que un trozo de pan
Pero a mi cuerpo consoló
Y aun en mi alma sabe igual
Que el más delicioso manjar
Cuando te mueras, ya verás
Que el cochero te llevará
Cruzando el cielo, y al Padre eterno
Te conducirá
Es para ti esta canción
Tu, el extranjero, que sin razón
De un aire triste me sonrió
El día que la ley me prendió
Tu, que no fuiste a festejar
Cuando los prójimos del lugar
Gente de tan buena intención
Reían con mi detención
Fue un simple gesto de sostén
Pero a mi alma confortó
Y a la manera de un gran sol
Aún brilla dentro de mi ser
Cuando te mueras, ya verás
Que el cochero te llevará
Cruzando el cielo, y al Padre eterno
Te conducirá