Les trompettes de la renommée, 1962
Me quise yo apartar del frívolo bullicio
Para vivir feliz, bucólico, tranquilo
Y negándome a pagar por mi reputación
Yaciendo en mis laureles, dormía como un lirón.
Amigos de consejo vinieron a que entienda
Que al hombre del común hay que rendirle cuentas
Y para no caer al olvido completo
Debía revelar mis pequeños secretos
Que suenen Trompetas, y que
se sepa lo que hay que saber.
Faltando a la razón del pudor más primario
Debo por la presión de los publicitarios
Contarles con quien fui y hasta qué posición
Asumo en el estupro y la fornicación?
Si yo publico nombres, cuántas de mis amadas
Van a pasar a ser cochinas consumadas!
Cuántos de mis amigos me van a maldecir
Y cuántos los balazos voy a recibir?!
A toda exhibición mi prudencia es esquiva
Sufro una discreción que es casi compulsiva
Y a nadie muestro mi or - gano procreador
A menos de que lo vea mi esposa, o mi doctor
Debo yo alimentar las crónicas banales
Batiendo el parche con mis partes genitales?
Las tengo que ostentar para que se vean bien
Como un niño del coro que lleva el Sacramento?
Una mujer de mundo dejaba que maniobre
Con voluptuosidad en sus caderas nobles
Pasándome de noche con regularidad
Parásitos de la más baja calidad
Tengo el derecho yo de hablar mal de esta dama
Para poder ganar un poco más de fama
Y para los cronistas llorar mi acusación:
La señora Marquesa fue quien me contagió?
El cielo sea loado, logré una nueva alianza
Con el pastor Duval, el ministro que canta
Catecúmeno él, yo la bestia sin fé
Me deja decir mierda, y yo a él decir amén
Honrando nuestro trato diría yo a la prensa
Que un día lo sorprendí al pie de mi maestra
Cantando a media voz a la dulce criatura
Cuando ella le buscaba un piojo en la tonsura?
Con quién me dirán pues, falta aún que me acueste
Para que el monstruo de mil rostros lo comente?
Será que una señora de gran celebridad
Se arroje entre mis brazos en lugar de mi guitarra?
Por excitar la prensa el gustos de la plebe
La señora Marquesa fue quien me contagió?
El cielo sea loado, logré una nueva alianza
Con el pastor Duval, el ministro que canta
Catecúmeno él, yo la bestia sin fé
Me deja decir mierda, y yo a él decir amén
Honrando nuestro trato diría yo a la prensa
Que un día lo sorprendí al pie de mi maestra
Cantando a media voz a la dulce criatura
Cuando ella le buscaba un piojo en la tonsura?
Con quién me dirán pues, falta aún que me acueste
Para que el monstruo de mil rostros lo comente?
Será que una señora de gran celebridad
Se arroje entre mis brazos en lugar de mi guitarra?
Por excitar la prensa el gustos de la plebe
Donde está la que me conceda sus relieves,
Para que una revista pueda publicar
La que el monte de Venus me acompañó a escalar?
Van a tocar mejor las trompetas sonoras
Si mis inclinaciones cambio desde ahora?
Si empiezo a balancearme como damisela
Y adopto de ahora en más modales de gacela?
Más yo no creo que nadie sea favorecido
Por jugar al amor en roles invertidos
Ni creo que mi gloria fuera acaso mayor;
El crimen pederasta hoy, no agrega valor.
Tras esta revisión de todas las recetas
Para anunciar mi nombre al son de las trompetas
Bien hago en sostener como única misión
Rascarme el bajo vientre y cantar mi canción
Si el público las quiere, allí voy a entregarlas
Y si me la rechaza... ya dejo de tocarlas
Negándome a pagar por mi reputación
Yaciendo en mis laureles, duermo como un lirón.
Para que una revista pueda publicar
La que el monte de Venus me acompañó a escalar?
Van a tocar mejor las trompetas sonoras
Si mis inclinaciones cambio desde ahora?
Si empiezo a balancearme como damisela
Y adopto de ahora en más modales de gacela?
Más yo no creo que nadie sea favorecido
Por jugar al amor en roles invertidos
Ni creo que mi gloria fuera acaso mayor;
El crimen pederasta hoy, no agrega valor.
Tras esta revisión de todas las recetas
Para anunciar mi nombre al son de las trompetas
Bien hago en sostener como única misión
Rascarme el bajo vientre y cantar mi canción
Si el público las quiere, allí voy a entregarlas
Y si me la rechaza... ya dejo de tocarlas
Negándome a pagar por mi reputación
Yaciendo en mis laureles, duermo como un lirón.