L'orage, 1960 VIDEO EN ESPAÑOL
Hablenme de la lluvia, no me hablen ya más
Del azul que de furia me hace rechinar
Los días bellos me violentan
Porque el más grande amor que en la tierra encontré
Se lo debo al mal tiempo, lo debo a Júpiter
Que me lanzó aquella tormenta.
Fue una tarde en Noviembre, cuando sobre el tejar
Aquel trueno imponente vino a restallar
Sus luminarias de de artificio
Que saltó de su cama sólo en camisón
Mi vecina angustiada y a mi puerta llamó
Buscando mis buenos oficios.
Tengo miedo, estoy sola, piedad, ábrame
Mi marido ha partido a su duro quehacer
pobre infeliz y mercenario,
Que en lugar de dormir, con la lluvia se va
Pues que debe salir para representar
A su tienda de pararrayos.
Bendiciendo el recuerdo de Franklin le abrí
La tomé entre mis brazos y la protegí
Luego el amor fue el que hizo el resto!
Tú, que de pararrayos sembraste el lugar...
Cómo fue que olvidaste poner uno en tu hogar?
Error no existe más funesto.
Cuando Júpiter se fue a otro lado a tronar
La beldad cuyo miedo supe conjurar,
Ya recobrada la entereza,
A secar al marido volvióse al hogar
Dándome cita para días de huracán,
Cita en la próxima tormenta
Fue así como desde el día aquel consagré
Todo el tiempo del mundo a vigilar el cielo
A ver el curso de las nubes las nubes
Los estratus pasar y con ansia esperar
De los cúmulus nimbus la menor señal
Pero a mi puerta ella no acude...
Su marido, esa noche feliz colocó
Una venta de tantos pararrayos que hoy
Se ha vuelto rico y opulento
Y bajo un diáfano cielo a vivir la llevó
A un imbécil país donde jamás llovió
Ni han escuchado nunca un tueno.
Quiera Dios que mi canto le pueda llegar
Para hablarle del día qe la tempestad
Nos unió tanto y le confiese
Que aquel golpe del rayo asesino dejó
Dibujada en el centro de mi fiel corazón
Una flor que se le parece.