Gastibelza L'homme à la carabine, 1958
Gastibelza, el de la carabina, cantaba así:
¿Alguien conoce a Doña Sabina? ¿Alguien de aquí?
¡Canten y bailen, aldeanos! ya es noche en el monte Falu...
El viento de la montaña apagó de mi mente la luz
¿Alguien ha visto a Doña Sabina, mi señora?
Su madre fue una vieja magrebí, la de Antequera,
Que como el búho chistaba de noche en la torre del sur
El viento de la montaña apagó de mi mente la luz
Si hasta la Reina pasaba por fea, al verla pasar
De tarde por el puente de Toledo vistiendo su ajuar
De corsé negro, brillando en su cuello el rosario y la cruz...
El viento de la montaña apagó de mi mente la luz
El rey le dijo a su sobrino cuando la vio:
"Por un beso de ella, por un cabello, por un favor,
¡Don Ruiz, hoy mismo daría la España y también el Perú"!
El viento de la montaña apagó de mi mente la luz
Cuando la ví a la infanta, yo, pobre pastor del cantón,
Creía ver a la bella Cleopatra, de quien la canción
Dijo que el César, delante de ella, bajaba el testuz
El viento de la montaña apagó de mi mente la luz
No sé si a mí me querría la dama, pero sé bien
Que, por tan solo mirar a su alma, yo, que no soy quien,
Con gusto habría pasado diez años de esclavitud!
El viento de la montaña apagó de mi mente la luz
Bailen, y canten, que ya viene la noche! Sabina, en flor,
Todo lo dió; su belleza y sus dones, todo su amor,
Por un anillo del conde Saldaña vendió la virtud...
El viento de la montaña apagó de mi mente la luz.
Que, por tan solo mirar a su alma, yo, que no soy quien,
Con gusto habría pasado diez años de esclavitud!
El viento de la montaña apagó de mi mente la luz
Bailen, y canten, que ya viene la noche! Sabina, en flor,
Todo lo dió; su belleza y sus dones, todo su amor,
Por un anillo del conde Saldaña vendió la virtud...
El viento de la montaña apagó de mi mente la luz.