Antes, donde hoy vemos este jardín
Hubo un oscuro arrabal malandrín
Con mil casuchas inauditas
Ruinas que no eran romanas ni ahí
Y de su fauna, les puedo decir
Que era una selección... la más florida
Lo más granado de la sordidez
Vagos y míseros réprobos que
Rivalizaban en sus taras
Dueños de nada y ente ellos también
Un rascatripas por lo que le dén
Un desahuciado atrás de su guitarra
Adoptada por esta legión
Una pequeña hada floreció
En medio de aquella bajeza
Como la habían hallado una vez
Abandonada en un regio moisés
Era que la llamaban “ la princesa”
Cuando una tarde se sube, Ay que horror!,
A las rodillas del buen trovador
Y al rascatripas, dulce, así le pide:
Ruborizándose un poco, nomás:
“Tú eres quien amo y si quieres podrás
Besar mi boca y después... lo que sigue…”
“- Espera un poco princesa, no ves,
No tengo pasta de sátiro, pues
Tú tienes trece y yo treinta sonantes
Gran diferencia y no tengo el calor
Como para ir a enfriarlo a prisión…
-Pero, verás que yo no le cuento a nadie…”
-No insistas ya, dijo en tono mordaz
No eres mi tipo de chica y, verás...
Mi corazón ya es preso de una grande”
Y la princesa corriendo lloró
Y la princesa llorando escapó
Desencajada por ese desplante
Nadie abusó de ninguna menor
El rascatripas temprano partió
Sin despedirse, en la carreta
De unos gitanos rasgueando un cuplé
Pero al pasar por allí años después
Tiene la sensación que lo lamenta.
Hubo un oscuro arrabal malandrín
Con mil casuchas inauditas
Ruinas que no eran romanas ni ahí
Y de su fauna, les puedo decir
Que era una selección... la más florida
Lo más granado de la sordidez
Vagos y míseros réprobos que
Rivalizaban en sus taras
Dueños de nada y ente ellos también
Un rascatripas por lo que le dén
Un desahuciado atrás de su guitarra
Adoptada por esta legión
Una pequeña hada floreció
En medio de aquella bajeza
Como la habían hallado una vez
Abandonada en un regio moisés
Era que la llamaban “ la princesa”
Cuando una tarde se sube, Ay que horror!,
A las rodillas del buen trovador
Y al rascatripas, dulce, así le pide:
Ruborizándose un poco, nomás:
“Tú eres quien amo y si quieres podrás
Besar mi boca y después... lo que sigue…”
“- Espera un poco princesa, no ves,
No tengo pasta de sátiro, pues
Tú tienes trece y yo treinta sonantes
Gran diferencia y no tengo el calor
Como para ir a enfriarlo a prisión…
-Pero, verás que yo no le cuento a nadie…”
-No insistas ya, dijo en tono mordaz
No eres mi tipo de chica y, verás...
Mi corazón ya es preso de una grande”
Y la princesa corriendo lloró
Y la princesa llorando escapó
Desencajada por ese desplante
Nadie abusó de ninguna menor
El rascatripas temprano partió
Sin despedirse, en la carreta
De unos gitanos rasgueando un cuplé
Pero al pasar por allí años después
Tiene la sensación que lo lamenta.